Al que se va sin que lo echen... se le cambia la cerradura

Lo habíamos anunciado en el post anterior. Había un emo en el grupo. No lo parecía externamente, pero el mechón caído, el rimmel negro y la angustia existencial se escondían tras esa cara de sidekick de manga. Ya no era el de antes. Seguía sin cumplir sus responsabilidades laborales, pero ya ni siquiera cumplía su rol de extraterrestre residente como antes.
El vacío inexplicable del universo lo asaltaba en cada esquina; en el ticket de Siebel, en las conference calls de Streamline, en el despelote de su casa, en la madama que le describía los adicionales de 30 pesos.
Y así fue que Rodrigo, el Gatika, en el fondo de su espeleología emocional, decidió irse de Sabre. No hubo forma de convencerlo de lo contrario. Uno de los más raros de un grupo de raros, daba un paso al costado, para buscar su destino en alguna otra parte.
Su almuerzo de despedida en El Refugio llevó una multitudinaria concurrencia pocas veces vista, y además de dejar varias fotos (que no tengo), torta y champán emulando el buen ejemplo de Joaquín, dejó un discurso de despedida más emotivo que todos los de Obama juntos ("ehhh...bueno...gracias por venir...bueno...ehh...gracias...chau").


Sin más, nosotros nos quedábamos pensando cómo encontraríamos reemplazo para una fuente tan grande de imágenes fantásticas como la de la izquierda, y tan inagotable de frases célebres -me vienen a la memoria perlas como "ah, y yo que sabía que me estaba mintiendo?" (después de perder una mano de truco), "si yo tuviera esa mina, tiro la tele por la ventana!", "pero piensen si fueran mujeres, les gustaría?" (debatiendo sobre el sexo anal), y la más reciente y tal vez la mejor de todas, "estoy sufriendo estrés tecnológico", al explicar sus vaivenes laborales. Hay muchas más, pero no supimos tener la visión de registrarlas debidamente en su momento, y varias se han perdido. El que tenga alguna otra, que la comente por favor.

Y mientras tanto Gatika pegaba la vuelta para su casa desordenada, encontrándose en seguida con otra oferta de trabajo en Dedicado, la cual aceptó... para renunciar a los tres días. Entre los golpes de la cabeza de JP contra la pared, sus explicaciones al preguntarle las razones incluyeron la fantástica frase anterior. El muchacho quiere alejarse de la tecnología por un tiempo, y sus aspiraciones actuales pasan por conseguir trabajo en un crucero, aunque no está claro exactamente en qué rol (che, existe el puesto de reviewer de cruceros?), pero sin duda cualquier trabajo que implique uniforme blanco y gorro de marinerito le sentaría maravillosamente.

Desde aquí esperamos que consiga sus objetivos, que siga maravillando a la especie humana con sus ocurrencias donde quiera que vaya, que se mantenga participando de las reuniones en la medida de lo posible, que vuelva a Sabre y por sobre todas las cosas, que algún día nos presente a su hermana.

Salud Gatikka !!!